Mohuihuilana yn tlilpamitl, tzomoni occan; quiça yn teopan quachtlayxquimiliuhcayotl. Molinia yn tlalli, teteyni yn tetl. Huel nohuian tlaocolli, yxayotl mòmamana; yn ipan yn ixquich tlachihualiz peuhcayotl. Auh (yn iuh quimìtalhuia san Leon):
In obitucon ditorisui. ¡Tlaçocihuapilychpochtzintle, cemanahuac tocihuapilcatocatzine! ¿Quenin, yequene mochiuh yn mixtzin, yn moyollotzin? ¿Quenin yn niman àtle yc yca ma ytla motlàtlacoltzin ynic yxquich ye mitzmomamaltilia, yn ticmoxtlahuililia tonehuiztli, chichinaquiztli ma ompopohui, ma onyxtlahui yn motonehuiztzin?
Se arrastra el negro estandarte, se rasgó en dos partes; @+De arriba abajo, según Marcos 15.-@ sale, de la iglesia, el gran envoltorio. Se mueve la tierra, se hacen añicos las piedras. Por todas partes está presente la tristeza, el llanto; @Alude aquí a la parte relativa al “El duelo por Jesús” donde se lee: “La cortina del templo se rasgó de arriba abajo en dos partes, la tierra tembló y se hendieron las rocas”, (San Mateo 27/51-52), La Biblia, edición citada.-@ es el principio de toda la obra. Y (así lo dice san León): En la muerte de su fundador. ¡Oh amada virgen, la llamada señora del universo! ¿Cómo se encuentra finalmente tu rostro, tu corazón? ¿Cómo, en nada de esto tienes alguna culpa para que te haga llevar todo a cuestas, que redimas la pena, el dolor que ofrece, que salda tu sufrimiento?