Auh ynic quauhticatzintli, ynic yecquizcatzintli, yuhqui ynic qualnezqui tlazcan yn inepantla occequi nepapan quahuitl; auh yn iquechtzin yhuan yn itlàtoltzin huel cenca yamanqui, tecpiltic. Huel moch cenquizcatlaçòtlalonitzin, moch elehuiloni ¿Atle tleyn ytetzinco çan nemiuhca? Moch teyolloyeuh, moch teyollacanequilti, oca huel yuhquin in ynic quaqualtetzin yn notlaçòtzin, yn nocniuhtzin. Oca yèhuatl yn yxayacàtzin, yn itlatlactzin nochpochtzihuan, yn amipilhuan yn atl yn tepetl Hierusalem. Cue nocihuapiltzin yntla yuh conin ynic tlaçòtlanqui, ynic quàqualtetzin motlaçoconetzin, (yn iuh ticmìtalhuia): macamo ximopatzmiquiti, macamo ximotequipachotzino, ye yca ca ynin axcan nipa quihuica, cruztitech quitlayyyohuiltizque, huel oc centlamantli yni nenezca, camo yuh conon. Vidimus eum, et non erat aspectus: non est species ei neque decor, et quasiabscanditus vultus eius, unde necreputarimus erum.
Y por eso es alto, por eso está erguido, así como el majestuoso cedro en medio de otros diversos árboles; y su venerado cuello y su palabra es muy queda, delicada. Todo [en Él] es amor infinito, todo es envidiable. ¿Por qué sus labios no pronuncian nada? En todo se conduce con prudencia, en todo con discreción, porque fue tan virtuoso, mi amado, mi amigo. Él fue el venerado rostro, la extremidad de mis vírgenes, de sus hijos, el agua y el cerro [del pueblo] de Jerusalén. ¡Ay! es mi señora, así es el fin, debido a la bondad de tu amado hijo (así lo dices): No sufran, no se aflijan, pues en este momento lo lleva allá. Lo harán sufrir en la cruz; otras cosas más pudieron aparecer, [pero] no fue así. No hay en Él parecer, nohay hermosura para que le miremos, ni apariencia para que en Él noscomplazcamos.