Cantares. La Historia de Nuestro Señor Jesucristo en lengua mexicana

folio: 248v

Reproduccion digital

Cantares. La Historia de Nuestro Señor Jesucristo en lengua mexicana 248v
NahuatlNotas Traducción (no todos los textos tienen estas opciones)
Estimado Usuario, en la versión en nahuatl original, usted podrá editar los textos pero el sistema no guardará dichos cambios, por favor tenga presente que cuando usted salga de cada página, su edición se perderá.
Cuado usted pulsa dos veces sobre una palabra, el sistema la buscará en los diccionarios.

248v 51

teocuitlacozca chayahuac auh moch tlaçochalchihuitl, teoxihuitl yn ipan tlatlacaloli; auh yn itetzin yuhqui yn iztac omitl, auh yc nepapan tlatlapalotoc ylhuicatetl, auh ynicxitzitzin yyztac chichicactic yuhqui yn iztac chalchiuhtetl yni tlatlaquéchilo; mochiuhticac coztic teocuitlatl ynic tlaçotlancatzintli, ynic moyecnexitia yuhqui yn huey actepetl Monte Libano.

Las brillantes joyas y todos los preciosos jades, las divinas turquesas estan engastadas. Y su venerado labio es como el blanco hueso, y con diversos matices de piedra celeste, y sus venerados pies con los que que se sostiene, son muy blancos, firmes como la pureza de la piedra esmeralda; sus preciosos dientes se hicieron amarillo dorado, como cuando se aparece en toda su plenitud la gran ciudad de Monte Libano.

248v 51

teocuitlacozca chayahuac auh moch tlaçochalchihuitl, teoxihuitl yn ipan tlatlacaloli; auh yn itetzin yuhqui yn iztac omitl, auh yc nepapan tlatlapalotoc ylhuicatetl, auh ynicxitzitzin yyztac chichicactic yuhqui yn iztac chalchiuhtetl yni tlatlaquéchilo; mochiuhticac coztic teocuitlatl ynic tlaçotlancatzintli, ynic moyecnexitia yuhqui yn huey actepetl Monte Libano.

Las brillantes joyas y todos los preciosos jades, las divinas turquesas estan engastadas. Y su venerado labio es como el blanco hueso, y con diversos matices de piedra celeste, y sus venerados pies con los que que se sostiene, son muy blancos, firmes como la pureza de la piedra esmeralda; sus preciosos dientes se hicieron amarillo dorado, como cuando se aparece en toda su plenitud la gran ciudad de Monte Libano.

248v 52

Auh ynic quauhticatzintli, ynic yecquizcatzintli, yuhqui ynic qualnezqui tlazcan yn inepantla occequi nepapan quahuitl; auh yn iquechtzin yhuan yn itlàtoltzin huel cenca yamanqui, tecpiltic. Huel moch cenquizcatlaçòtlalonitzin, moch elehuiloni ¿Atle tleyn ytetzinco çan nemiuhca? Moch teyolloyeuh, moch teyollacanequilti, oca huel yuhquin in ynic quaqualtetzin yn notlaçòtzin, yn nocniuhtzin. Oca yèhuatl yn yxayacàtzin, yn itlatlactzin nochpochtzihuan, yn amipilhuan yn atl yn tepetl Hierusalem. Cue nocihuapiltzin yntla yuh conin ynic tlaçòtlanqui, ynic quàqualtetzin motlaçoconetzin, (yn iuh ticmìtalhuia): macamo ximopatzmiquiti, macamo ximotequipachotzino, ye yca ca ynin axcan nipa quihuica, cruztitech quitlayyyohuiltizque, huel oc centlamantli yni nenezca, camo yuh conon. Vidimus eum, et non erat aspectus: non est species ei neque decor, et quasiabscanditus vultus eius, unde necreputarimus erum.

Y por eso es alto, por eso está erguido, así como el majestuoso cedro en medio de otros diversos árboles; y su venerado cuello y su palabra es muy queda, delicada. Todo [en Él] es amor infinito, todo es envidiable. ¿Por qué sus labios no pronuncian nada? En todo se conduce con prudencia, en todo con discreción, porque fue tan virtuoso, mi amado, mi amigo. Él fue el venerado rostro, la extremidad de mis vírgenes, de sus hijos, el agua y el cerro [del pueblo] de Jerusalén. ¡Ay! es mi señora, así es el fin, debido a la bondad de tu amado hijo (así lo dices): No sufran, no se aflijan, pues en este momento lo lleva allá. Lo harán sufrir en la cruz; otras cosas más pudieron aparecer, [pero] no fue así. No hay en Él parecer, nohay hermosura para que le miremos, ni apariencia para que en Él noscomplazcamos.

248v 53

Ca niman atle ye cauhyo ymahuiznezca, ca huel otiquittaque amo ma tlacaneci yn ixayac. Omachi ciocopin huel teyyçahui, auh ye yca ynic àmo tle ypan otiquittaque ticmìtalhuia yn chipahuacanacayo, chichichiltic can tlatlactic, yece ynin ca ça ca mopallehuatiuh, ca ça tlilehuatiuh. Àmo tetlan tlapepentli, yece yehuatl yn huel niman àtle ompouhqui, ye huel yntla centelchiuh yn oquichtin.

Por eso ya no queda nada de su honorable presencia, pues vimos que no puede apreciarse su rostro como si fuera el de un hombre. Está asombrosamente pálido, y ya por eso no pudimos advertir en él lo que dices. El inmaculado cuerpo está enrojecido, como que se hizo rojo, pero este sólo se va tiñendo, se va oscureciendo. No fue elegido entre la gente; a Él no se le apreció, más bien fue despreciado de los hombres

Folios: 239r  239v  240r  240v  241r  241v  242r  242v  243r  243v  244r  244v  245r  245v  246r  246v  247r  247v  248r  248v  249r  249v  250r  250v  251r  251v  252r  252v  253r  253v  254r  254v  255r  255v  256r  256v  257r  257v  258r  258v