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quimotlauhtiliz yn huel huècapan ylhuicaxiuhcopilli, tetepeyotl, tlatocayotl. *
Reproduccion digital
quimotlauhtiliz yn huel huècapan ylhuicaxiuhcopilli, tetepeyotl, tlatocayotl. *
a las alturas, a la celestial corona de hierba color turquesa, al señorío, al reino. * @+Apostilla. Va la virgen en seguimiento del señor.-@
Auh ca niman moquetztzinotéhuac. Yxquich ytlapaltzin quimochihuili. Niman yc mohuicac, quimohuiquilia yn Santa María Magdalena yhuan occequin cihuatzitzintin, ytetlaçòtlacatzitzihuan quimotepehuilìtihui. Huel patzmiqui, ynic moch oquilìtihui choquiztli, yxayotl pipixauhtiuh. Quinmoyacanilia yn san Juan, quimotemolitihui yn itlaçoconetzin; yn ca yeppa quimohuiquilia yhuan yn campa ye conmaxiltilia. Quimoyollapaltililiaya, quimochicahuilia yn tlatlaçotlaliztzin, yn manel ye huel çenca quimoçotlahuiliaya, yn tlaocoltonehuiztli. Ma xicmatican ¡notlaçopilhuane! aço anmomati yn cemìcacychpochtzintli tocihuapilcatocatzin yz cenquizcanematca yelice catzintli.
Y por eso luego se levantó. Se enrojeció. Después se fue, lo sigue Santa María Magdalena y otras mujeres, @+En el Evangelio de San Marcos se lee que en el momento de la muerte de Jesús: “Había también unas mujeres que de lejos le miraban, entre las cuales estaba María Magdalena y María la madre de Santiago el Menor y de José y Salomé, las cuales cuando Él estaba en Galilea, le seguían y le servían, y otras muchas que habían subido con Él estaba en Galilea, le seguían y le servían, y otras muchas que habían subido con Él a Jerusalén” (15:37-41).-@ [y] sus amados hombres, se incorporan. Se aflige mucho, pues aceptó todo el llanto, va derramando lágrimas. Los conduce san Juan. Va buscando a su amado hijo; desde atrás lo acompaña y allá lo alcanza. Lo alentaba, lo anima [a hacer] la amorosa encomienda, aunque la dolorosa pena ya la hacía desfallecer. Sepan ¡oh mis hijos! quizá estén enterados de que aquí está la siempre virgen, nuestra venerada noble señora de tan perfecta y discreta naturaleza. @+Una de las acepciones que ofrece Molina de nematca es “pie ante pie o passo a passo”.-@
Auh ca niman moquetztzinotéhuac. Yxquich ytlapaltzin quimochihuili. Niman yc mohuicac, quimohuiquilia yn Santa María Magdalena yhuan occequin cihuatzitzintin, ytetlaçòtlacatzitzihuan quimotepehuilìtihui. Huel patzmiqui, ynic moch oquilìtihui choquiztli, yxayotl pipixauhtiuh. Quinmoyacanilia yn san Juan, quimotemolitihui yn itlaçoconetzin; yn ca yeppa quimohuiquilia yhuan yn campa ye conmaxiltilia. Quimoyollapaltililiaya, quimochicahuilia yn tlatlaçotlaliztzin, yn manel ye huel çenca quimoçotlahuiliaya, yn tlaocoltonehuiztli. Ma xicmatican ¡notlaçopilhuane! aço anmomati yn cemìcacychpochtzintli tocihuapilcatocatzin yz cenquizcanematca yelice catzintli.
Y por eso luego se levantó. Se enrojeció. Después se fue, lo sigue Santa María Magdalena y otras mujeres, @+En el Evangelio de San Marcos se lee que en el momento de la muerte de Jesús: “Había también unas mujeres que de lejos le miraban, entre las cuales estaba María Magdalena y María la madre de Santiago el Menor y de José y Salomé, las cuales cuando Él estaba en Galilea, le seguían y le servían, y otras muchas que habían subido con Él estaba en Galilea, le seguían y le servían, y otras muchas que habían subido con Él a Jerusalén” (15:37-41).-@ [y] sus amados hombres, se incorporan. Se aflige mucho, pues aceptó todo el llanto, va derramando lágrimas. Los conduce san Juan. Va buscando a su amado hijo; desde atrás lo acompaña y allá lo alcanza. Lo alentaba, lo anima [a hacer] la amorosa encomienda, aunque la dolorosa pena ya la hacía desfallecer. Sepan ¡oh mis hijos! quizá estén enterados de que aquí está la siempre virgen, nuestra venerada noble señora de tan perfecta y discreta naturaleza. @+Una de las acepciones que ofrece Molina de nematca es “pie ante pie o passo a passo”.-@
Aço otlica, caltzalan motzatzatzititiuh yn yuhqui chihuani cihuatzitzintin macehualtin, ma no ce ça moçotlahualtitiuh, yn aoc conmomachitia yn huel otlapalo yn niuhque occequin cihua àmo huey ynyollo, ye ycaca Spiritus Santotica, motemiltìticatca, auh ca oc hualca miec teotenemactli quimopialiaya, yn àmo yn mochtin yn ylhuicac chaneque angelesme. Auh ye yca ynic niman atlè huel contlatzilhuiliaya, huel quimalacachoaya yn itlacemìtol neymatiliztzin, yn huel tlacempanahuìticatca yn ipan ynin yxquich tlayyyohuiliztli, chichinaquiliztli.
Tal vez por el camino, entre las casas va suplicando como lo hacen habitualmente las mujeres del pueblo, de manera que también desfallece. No se lo participa, saludó a otras mujeres de no tan gran corazón. Ya lo había levantado el Espíritu Santo, se había henchido, y por eso le aguardaban una gran cantidad de divinos dones, [pero] no todos los habitantes del cielo, los ángeles. Y por ese motivo no podía odiar a nadie. Daba vueltas a su sensata determinación, había podido superar todo este sufrimiento, este dolor.
Auh cenca mahuiçauhqui ynic momamatzinotiuh, ynic moyechuicatiuh. Yn omixtlapachòtzino, mochoquilitiuh yhuan huel mopatzmiquiliz, elcicihuitìtiuh; auh àmo no çan tepiton yn nematiliztli, ynic quimonochilitiuh, ynic ytechpatzinco quimotzàtzililitiuh yn iteotzin, yn itlatocatzin, auh ycatzinco yn itlaçoconetzin quimotlatlauhtilìtiuh, auh cenca quimoyectenehuilìtiuh; yxpantzinco quimohuèchihuilìtiuh yn ipatzmiquiliztzin, yn itlaocolchoquiztzin. Auh yn oyuh quimottili yn ipan otli mohuica. Ca ye nèneci yn itlaçoezçotzin
Y es admirable cómo va llevando, cómo va conduciendo ejemplarmente la carga. Cubrió su rostro, va llorando y estará muy afligida, sollozante; y es grande la prudencia, por eso va implorando, por eso está junto a Él rogando a su Dios, @+En el texto en náhuatl aparece iteotzin y no el hispanismo Dios como en otras partes, para referirse a la deidad suprema cristiana.-@ su Señor, y le va a suplicar por su amado hijo, y lo va a alabar; [sin embargo] recae en Él su pena, su triste llanto. Y así vio que sigue por el camino. Observa la gran cantidad de sangre