… ye yca ynic huel celtica nacayecatzintli metzticatca, auh huel quicempanahuiaya, ynic quimococolhuiaya. Yz çan huel ¡yyo! cepa quimohuitequiliaya, yn àmo yn ixquichtin tlalticpac tlaca, ynpilhuan. Otla xicyttacan, tla xicnemilican, quen oque ynic oquimotòtonehuilìque, ynic àmo çan tlapohualpan, yhuan huel tlahuelcopa. Yc oquimohuitequilìque yece y tlamachiotl namechtlaliliz ynic huel ancàcicayttazque yn quexquich yc quimiyyyohuilti, ynin tòtonehuiztli, chichinaquiliztli. Ca huel neltiliztli ynin tehuitequiliztli (yn yuh quimìtalhuia Isayas). Yca ypampa, yn ixquich tlalticpac tlatlacolli, quimohuitequilìque yn totécuiyo. Intla, yuhqui ypan catca yn tlatecpantli, yn tlatzontectli, yn ìquac aca quihuitequia. Secundum mensuramdilecti evit et plagarum modus. Yn ixquich quexquich ytamachiuhca catca yn tlatlacolli, çanno yuh yxquich yezquia yn tetlatzacuiltiliztli, yn tehuitequiliztli yehuatl yn tlàtlacolli ytech moyxyeyecohuaya yn totemaquixtìcatzin Jesucristo; ynic quimohuitequilìque amo ypampa yz çan ce tlatlacolli, yece ypampa yn àmo çan tlapohualli tlatlacolli, tlapilchihualli; auh ye yca ynic huel cenca tlapehuix, ynic quimohuitequilìque. Àmo moyxyeyéco, amo mipaniti, çaçan tlalhuiz, yxachi, ynic quimohuitequilìque.
[…] pues había estado con el tierno y puro cuerpo, y para que pudiera superarlo, porque mucho lo lastimaban. He aquí ¡ay! de nuevo lo azotaba, [pero] no todos los hombres de la tierra, sus hijos. Miren, reflexionen, cómo por eso lo atormentaron, no sólo a causa de lo que estaba escrito, también desde el coraje. Por eso lo golpearon; pero les pondrá el ejemplo, para que llegaran a ver cuánto este tormento, este dolor lo hizo padecer, porque este suplicio es la realidad (como lo dice Isaías). @+En Isaías 53 dice que Jesús sería despreciado y desechado por el pueblo de Israel. Claro que no todo el pueblo de Israel rechazó a Cristo, pues, en sus orígenes, la Iglesia Cristiana estuvo conformada por judíos únicamente, que fueron perseguidos y asesinados por otros judíos que no creían que Jesucristo fuera el Mesías.-@ Por esta causa, todos los pecados en la tierra azotaron a Nuestro Señor. Si, como había quedado asentado en la sentencia, cuando alguien lo golpee. Le hará azotar conforme a su delito, llevando cuenta de los azotes. Cuantos había sido sus grandes pecados, así también sería todo el escarmiento, el golpe. Él, Nuestro Señor Jesucristo, pagaba por los pecados; por esto lo azotaron, no sólo por un pecado, sino por la cuenta de todas las faltas, [de las] transgresiones; y por ese motivo, se ensañaron más, por eso lo azotaron. No se obró con prudencia, no se procedió correctamente, porque sin razón, en vano, lo golpearon.