Cantares. La Historia de Nuestro Señor Jesucristo en lengua mexicana

folio: 246v

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Cantares. La Historia de Nuestro Señor Jesucristo en lengua mexicana 246v
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oticchiuhque, otimitztocuitilìque. Auh yc yca yn mocentlalia; yn ipan ynin cencamatl tlatolli yn tecpoyotl yc tzàtziz: Yn aquin yxquich yc tetlaçòtla yhuan yn aqui yuh queyn quintlaçòtla, ca huel yuh monequi ca huel ynemac yn ixquich. Yuhquin quiyyyohuiz, quiciahuiz. *

lo reconocimos como Nuestro Señor. Y por eso se reúne la gente; entonces el pregonero exclamará estas palabras así: Quien a todos ama y quien de este modo les ama por eso puede consentir su gracia. Así sufrirá, se fatigará. * @+Apostilla. Aviso que se da a la virgen.-@

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Yece yn oyc huilohua, otlatocohua ca huel monequi yn oc yc tictolhuilitihue, tictixpantilitihue yn tlaçomahuizychpochtzintli yn ye yuh ypantzinco mochihua yn itlaçoconetzin, ca àmo monequi iz çan neyxcahuiloz; ca no tehuan monequiz quimottiliz, quimomahuiçalhuiz, ynin tlayahualoliztli, ça ce tetlayahualochtiliztli. Auh miciuhcatlalotzino ça miciquiltìtiuh, auh cuel yyyotzin quimanilia yn motzitziucnoltìtiuh.

Pero se fue, siguió, aún se requiere que le vayan a decir, que ya le vayan a comunicar a la venerada [y] preciosa virgen lo que le ocurre a su amado hijo, porque [ella] no quiere que pronto [se ejecute] la encomienda. Como nosotros, deseará verlo, hacerle honores, esta procesión, sólo una peregrinación. Y tu irremediable sufrimiento se acerca, y ya ofrece su aliento sollozando.

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Omache yxayo tèten ynixtelolotzitzin yn itlaçotlamachtiltzin. Yn oyuh quimottiliz ca ye quimohuiquilia yn itemachtìcatzin yn quimotòtonehuiz, mictilizque. Ynic quimocaquiztililito, ynic quimixpantilito yn itlaçonántzin , yn itechiuhcatzin, auh yn oyuh maxitito yn yxpantzinco; yn oyuh ycxitlantzinco mopechtecatzino, niman yc mopehualti yn ye quimolhuilia; yn ye quimochoquiz, nonochilia: ¡Yyo ylhuicac cihuápille cihuateuctzintle ! Ynti yn cihuapilcatocatzin, yn ilhuicac tlaçopipiltin, angeles. Ynti ytzacuilotzin ynic calacohua yn necentlamachtiloyan. Yn tichicahuaca temimiltzin, netlaquechiltzin yn Santa Yglesia; yntla yca huelit yn miquiztli ynic mitzmotzacuililiz yn totonehuiztli, yn axcan moyolilizpantzinco, monemilizpantzinco ticmotimalhuia, ca huel axcan ymonecyan yezquia, auh ca huel notech ticmottiliz.

Los venerados ojos de su amado discípulo estuvieron llenos de lágrimas. Verá cómo lo conduce su maestro ya; lo hará sufrir mucho; se morira. Por eso se acerca para explicarle, para comunicarle a su amada madre, su venerada progenitora, y así se aproximó ante su presencia; se inclinó humildemente a sus pies, y en seguida comenzó a decirle; ya llora, explica: ¡Ay mujer del cielo, mujer señorial! Tú que eres noble reina, en el cielo están los amados nobles ángeles. Tú eres su venerable refugio para que alcanzar el Paraíso celestial. Tú eres el fuerte sostén, el pilar de la Santa Iglesia; si con la muerte pudo evitar el gran sufrimiento, ahora aquietas tu venerable vida, tu existencia, y por eso sería el instante preciso en que lo podrás ver cerca de ti.

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¡Tlacatle, cihuateuctzintle! yn tleyn choquiztlàtolli nimitzhualnohuiquililia, yn nonenepil àmo quìtoa. Ca huel tetlahuel totoneuh yn tleyn yc nimitznottilico, ca huel yc chichinacaz yn mixtzin, yn moyollotzin, yntla oticmocaquiti nel oc hualca yez ynic ticmottiliz ca axcan pehua yn momiquiztzin

¡Oh hombre! ¡Oh noble mujer! que [con] palabras gimientes te vengo a acompañar, [sin que] mi lengua diga nada. @+Según Ángel Ma. Garibay, “el Evangelio no nos habla de este encuentro, pero como es cierto que la Santísima Virgen estuvo al pie de la cruz, es muy probable que haya venido a unirse con el Señor desde el camino. No se puede precisar el momento de este hecho, y más probable es que haya sido cuando el grupo de las mujeres lloraba. En el libro Actos de Pilato se halla la noticia del encuentro. Es por tanto una tradición desde el siglo III ó IV. También en el Evangelio de Nicodemos, apócrifo”. Archivo Ángel Ma. Garibay, caja ll, exp. 7.-@ Por eso presenció lo que [representa] nuestro cruel dolor, poreso se afligirámucho tu venerado rostro, tu corazón, si escuchaste que realmente será mucho más lo que verás, pues ahora que comienza tu muerte

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